Reseña de "El día que la Tierra explotó: Una película de Looney Tunes": una carta de amor animada


Fue en 2021 cuando se anunció el desarrollo de una película para HBO Max basada en "Looney Tunes Cartoons". Sin embargo, con el tiempo fue descartada por la plataforma y quedó en un limbo. A pesar de ello, su producción continuó y fue finalmente completada en 2024, año en que se estrenó a nivel mundial en el Festival de Annecy.


Poco después, Ketchup Entertainment adquirió los derechos de distribución del filme, rescatándolo del olvido para llevarlo a salas de cine en distintos países. "Bye Bye Bunny" no corrió con la misma suerte, ya que, a diferencia de esta producción, nunca logró completarse ni ser vendida a otra distribuidora.


Así, de la mano de Cinépolis Distribución, llega finalmente a los cines "El día que la Tierra explotó: una película de Looney Tunes", una nueva historia de origen protagonizada por Porky y el Pato Lucas, quienes fueron criados como hermanos adoptivos por un granjero desde su nacimiento.


Años más tarde, ambos enfrentan los retos de la vida adulta y la urgencia de conseguir empleo para reparar el techo de su hogar. En ese proceso conocen a Petunia, una cerdita que los ayuda a conseguir trabajo en una fábrica de chicles, donde descubren una conspiración alienígena: los productos están contaminados para facilitar el control mental de las personas.


Lucas, Porky y Petunia deberán entonces unir fuerzas para frenar los planes de conquista global de los extraterrestres.


 

Esta película es una carta de amor a los Looney Tunes y a la animación en general. Se nota el cariño y empeño con el que fue realizada.


La animación tradicional es increíble; me atrevo a decir que es el mejor trabajo de Warner Bros. Animation. Es fluida, colorida y muy expresiva, justo como lo eran los cortos clásicos de la franquicia. Me recordó mucho a "Animaniacs" (2020), pero con un enfoque más pulido y mejor ejecutado.


No he sido fan de las últimas iteraciones de los personajes, como las vistas en "The Looney Tunes Show" o "The New Looney Tunes", pero en esta película los vemos en su forma más pura y original.


Tenemos al Pato Lucas como ese personaje loco e hiperactivo de los cortos originales de los años 60, y a un Porky noble y torpe, aunque con poca paciencia hacia Lucas, explotando cuando este comete errores.


La introducción del filme funciona de manera magistral. Claro, hemos visto muchas veces la dinámica entre Lucas y Porky, pero no de la forma en que se presenta aquí. En esta historia, los personajes han pasado toda su vida juntos como hermanos, por lo que no vemos al Lucas habitual aprovechándose de Porky, ni a un Porky sumiso. Al contrario, hay una relación más equilibrada y fraternal entre ellos.


Precisamente por esta razón, fue una decisión acertada no incluir a otros personajes de la franquicia, ya que habrían desentonado con la dinámica central del dúo.


El apartado sonoro también rinde homenaje a los cortos clásicos. Todo lo que ocurre en pantalla está acompañado por efectos cómicos, y la música podría pertenecer perfectamente a la época de los años 60. Sí, incluye algunas canciones licenciadas, pero están bien elegidas y no rompen con el tono general del filme.


Una de mis mayores inquietudes antes de verla era si intentaría modernizarse o incluir referencias al mundo actual. Afortunadamente, esto se limita a un chiste puntual y nada más. Por eso, la película se siente atemporal, sin depender de guiños a la cultura pop contemporánea.


El doblaje es otro de los puntos fuertes de esta producción. Cinépolis Distribución hizo un gran trabajo al traer de regreso a Sebastián Llapur y Ernesto Lezama para retomar a sus personajes. Sebastián comentó que, a diferencia de los doblajes realizados bajo la dirección de Warner, en esta ocasión se les dio total libertad creativa para modificar diálogos y agregar chistes. Puede que algunos modismos no sean del gusto de todos, pero en mi caso hicieron la experiencia aún más disfrutable.


En conclusión, "El día que la Tierra explotó" es una gran reimaginación y homenaje a los Looney Tunes. Es una película hecha con mucho cuidado, respeto y amor por una franquicia legendaria de la animación.


Ojalá que, después de esto, Warner Bros. les dé otra oportunidad a estos personajes y no los deje en el olvido.


Altamente recomendable para cualquier persona que quiera pasar un rato agradable en el cine y revivir la nostalgia de ver a estos personajes tal como fueron concebidos originalmente.