Megamente 2: cómo un esperado anuncio se convierte en una decepción colectiva
En 2010, DreamWorks presentó Megamente, una película que ha destacado entre los amantes de la animación por su ingeniosa sátira del género de superhéroes combinada con una buena subtrama romántica, su humor inteligente y una memorable banda sonora compuesta por legendarias piezas del rock como Welcome to the Jungle y Highway to Hell. No vamos a entrar en detalles de la trama, si estás leyendo el artículo asumiremos que ya te la has visto tantas veces como yo.
A pesar de que DreamWorks nunca la tuvo en consideración para una secuela, muchos estuvieron de acuerdo en que Megamente era una obra completa en sí misma y no necesitaba una continuación. Vamos a ser sinceros, ¿realmente la precisa? Es uno de esos casos en los que es demasiado difícil presentar una nueva historia sin que se sienta forzada, pues todas las tramas posibles fueron resueltos en la propia película. En resumen, la cinta era perfecta así y entre los fans ya era una verdad universal que no habría secuela de un producto con un no tan notable historial para DreamWorks.
Dos años más tarde, DreamWorks finalmente suelta la "bomba" y oficializa el regreso de Megamente. No sólo con Megamind Rules!, la nueva serie previamente anunciada (que antes tenía otro nombre), sino también con una nueva película titulada Megamind vs. The Doom Syndicate, ambas para estrenarse en marzo por la plataforma Peacock.
Y por si todo esto no fuera suficiente, el esperado regreso del genio cabezón azul no será ni en los cines, ni en alguna plataforma popular como Netflix, sino en Peacock, un servicio propio de Universal tan irrelevante que su única hazaña popular fue lanzar la película de Five Nights at Freddy's en simultáneo con los cines el octubre pasado.
Ciertamente esto último no es una novedad, pues muchas de las últimas producciones de DreamWorks Animation TV han recaído en esta plataforma en Norteamérica en simultáneo con Hulu, mientras que en Latinoamérica han llegado de la mano de HBO Max para posteriormente emitirse en televisión por Cartoon Network, un destino sin dudas más agradable que Peacock. Punto a favor para nosotros.
Así como llovieron las críticas, también los memes, y también las confusiones. Este nuevo Megamente más aniñado no se parece en nada a lo que habíamos visto una década atrás. Y con el innegable avance de la animación que hubo del 2010 a la actualidad, esta nueva película debería verse mil veces mejor que su predecesora. Hasta el corto de 11 minutos que estrenaron después se ve de mejor calidad que una producción de 2024.
¿Cómo es que llegamos a esto? ¿DreamWorks ofreciendo cinemáticas de un videojuego de PS3 como una película? ¿Acaso el fracaso de Krakens y Sirenas generó tantas pérdidas en la compañía? Todo tiene su explicación en realidad, así que dejemos el dramatismo de lado.
En primer lugar, es bueno recordar que la producción anunciada siempre fue una serie, en ningún momento hubo anuncio de una película. ¿Por qué vuelvo a esto? Porque es bastante lógico que esta nueva "película" no fue concebida como tal. No por nada tanto el filme como la serie se estrenan el mismo día.
Lo que Megamind vs. The Doom Syndicate presume ser la secuela de Megamente, parece ser, más bien, los primeros episodios producidos para la serie, pegados entre sí y con una misma historia lineal. Con muchas series animadas se han utilizado esta estrategia (véase Samurai Jack, Mansión Foster Para Amigos Imaginarios), y con algunas incluso se aplica a la mitad de la serie (Ben 10, Star vs. las fuerzas del mal). El error fue de DreamWorks por vender esta dizque película como tal y pretender que el público lo acepte así sin más, en lugar de anunciarla como lo que de verdad es: un especial que abre la serie, el episodio piloto, o cualquier otra cosa excepto una "Megamente 2".
También es una buena estrategia para ganar más dinero a través de visualizaciones en Peacock con dos productos distintos que, en realidad, siempre formaron parte de la misma producción. Si bien DreamWorks TV no realizó anteriormente ninguna película inspirada en otra (exceptuando a Trollhunters de Guillermo del Toro en Netflix, cuya película sí fue planeada de tal manera y hasta tuvo mayor presupuesto que la serie), la compañía tomó la tendencia de dividir a las series en una cantidad exageradas de temporadas, a pesar de que todas fueron producidas como una sola.
Solo por mencionar un ejemplo de los tantos que hay (casi todas las que se han lanzado para streaming), la serie Madagascar: Algo salvaje cuenta con "ocho temporadas", pero en realidad, apenas posee 52 episodios. Es decir, tuvo un solo encargo de producción por parte de Universal, pero para ahorrar los costos que conllevaría renovar la serie y que obtenga más capítulos, los que ya fueron producidos se estrenaron en distintas "temporadas" por estas cuestiones de mercadotecnia.
Esta es una estrategia que los animadores detestan, pues aparte de representar una deshonestidad de parte de la plataforma hacia el usuario, también significa menos dinero para quienes trabajan en el proyecto. Al no haber una renovación real hacia el programa, la compañía "roba" con "nuevas temporadas" que nunca fueron concebidas de esa manera. Y no se limita solo a DreamWorks: Netflix realiza lo mismo con muchas de sus series, el caso más popular entre su contenido animado fue The Cuphead Show!, serie de "tres temporadas" que en realidad obtuvo un único encargo. HBO Max también ha aplicado esta medida con series como Looney Tunes Cartoons, Tig n' Seek o Jellystone.
Una vez explicado el asunto de la animación, y el por qué esta nueva película de Megamente no debería ser tratada como tal, vayamos al segundo punto: la trama. Sí, la historia luce bastante pobre y probablemente arruine el lore de la película. Pero no es una historia precisamente inventada por un equipo sin ninguna idea de Megamente.
La idea del "Doom Syndicate", aunque no aparenta ser más que una parodia genérica de las agrupaciones de villanos en Marvel y DC, estuvo presente en el desarrollo inicial de la película para posteriormente ser descartada porque, de lo contrario, la trama se alargaba demasiado. Muchos bocetos y dibujos de los personajes, que eran distintos a los que veremos en la nueva película, se pueden hallar en el libro de arte conceptual de Megamente.
La mejor parte es que el concepto no se reduce solo a unos dibujos descartados. ¿Se acuerdan los tres videojuegos que obtuvo Megamente y mencioné al inicio de este artículo? Estos personajes fueron reutilizados para ellos. La premisa de Ultimate Showdown y Blue Defender nos muestra cómo Titán recupera sus poderes y forma una alianza con el Doom Syndicate, que apenas se acaba de formar. Mientras saquean el laboratorio de Megamente, Titán toma el ADN de Metro Man y del cabezón azul a la vez para convertirse en "Blue Tighten". Sí, así como lo leíste.
Por otro lado, la historia de Mega Team Unite es diferente: aquí el Doom Syndicate aparece para destruir a Metro Ciudad, y Titán se redime para ayudar a Megamente, Servil y Metro Man, que acaba de regresar a la acción, a enfrentarse a esta agrupación.
Ahora, es cierto también que el hecho de que el Doom Syndicate fuera una idea inicialmente descartada pone en duda su viabilidad como trama central en la nueva película. Aunque los guionistas hayan considerado esta trama en el pasado, la introducción repentina de este grupo como parte del pasado de Megamente se siente como un giro forzado que contradice los eventos establecidos en la película original, donde jamás hubo mención de esta agrupación y se estableció explícitamente que el villano siempre estuvo solo contra el mundo, siendo Servil su única compañía. Incluso si nos ponemos a pensar que la película simplemente se pudo saltear algunos detalles de la vida de Megamente, todavía luce como una adición poco orgánica al lore de la franquicia.
Quizás habría sido más acertado reutilizar algunas de las tramas presentadas en los videojuegos, por más "fumadas" que parezcan, ya que podrían haber ofrecido una base más coherente para la continuación de la historia. El concepto del Doom Syndicate en sí puede ser interesante y podría funcionar como continuación a la película original, pero la manera en que se ha optado por ejecutarlo simplemente genera más desconfianza que tranquilidad.
Tráiler del Doom Syndicate en los videojuegos
Lo positivo es que no todo está realmente perdido, pues los guionistas de la película original, Alan Schoolcraft y Brent Simons, son los productores ejecutivos de la nueva "película" y la serie. Es decir, algo de fidelidad respecto a lo que vimos en el 2010 debería haber, y tal vez el equipo de DreamWorks/Peacock tuvo el infortunio de juntar las peores escenas para el tráiler. Solo es cuestión de fe y esperar al estreno para comprobar nuestras temidas sospechas, o quizás, solo quizás, sorprendernos para bien.
El anuncio de Megamind vs. The Doom Syndicate ha servido para recordar a aquella medida desesperada a la que ciertas compañías recurrían décadas atrás. A esas secuelas infames y directas a formato casero de películas que triunfaron en la pantalla grande, con una historia cuestionable y una animación de menor presupuesto. Casos como Aladdín: El regreso de Jafar, 101 Dálmatas 2, Mulán 2, La Cenicienta 2, La Sirenita 2, entre tantas otras, son algunos de los ejemplos que se nos vienen a la cabeza.
También ha ocurrido con series cuya producción fue cancelada y se unieron en una película los episodios ya realizados, como ocurrió con La Bella y la Bestia: El mundo mágico de Bella, Atlantis: El regreso de Milo, y podría ocurrir próximamente con Moana 2 si es que Disney no decidió invertir mayor presupuesto en esta entrega. Pues eso es, lamentablemente, el tratamiento que debería recibir esta nueva película de Megamente. Un título como "Megamente 2" le queda gigante.
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